Avispas mas inteligentes de lo pensado
Los científicos fueron a los bosques tropicales remotos del sudeste asiático para estudiar esta diminuta especie de avispas, llamadas Liostenogaster flavolineata . Cada nido contiene una familia de avispas y cientos de nidos pueden ser agrupados juntos afines para formar una especie de ciudad. Muy cercano a tantas otras familias significa que cada colonia se enfrenta a los intentos de aterrizaje persistentes por los intrusos del barrio, y éstos podrían robar recursos o teóricamente poner huevos ocultamente.
Muchas especies de insectos pueden conocer a los miembros de la familia por el olor de las colonias específicas donde viven, pero el nuevo estudio revela un sofisticado juego entre la vista y el olor en el reconocimiento del compañero de nido de este insecto. Cuando las avispas sólo tenían información visual que eran más propensos a atacar accidentalmente a un amigo y cuando tenían sólo los olores eran más propensos a no identificar a un enemigo como un amigo. Parecieron errar por el lado de la precaución y priorizar o no reconocieron la cara de otra avispa a la hora de decidir si atacar. Esto lleva a las avispas de vez en cuando a atacar a otros de su colonia antes de darse cuenta de su error y dar marcha atrás antes de que causen lesiones.
El Dr. David Baracchi, investigador QMUL y uno los autores del estudio, dijo: “Estas avispas pueden utilizar tanto el reconocimiento de rostros y aroma para determinar si otra avispa es amigo o enemigo, por desgracia ni la vista ni el olfato es infalible por lo que parecen no tener ninguna posibilidad y atacan a cualquiera cuyo rostro no reconocen “.
El Profesor Lars Chittka, otro de los autores del estudio, comentó: “Estos hallazgos sobre el reconocimiento de rostros individuales en las avispas se suman a una serie de descubrimientos recientes sobre la sofisticación conductual y cognitivo notable en los insectos sociales pequeños de cerebro.”
Este estudio, es el primero que demuestra que la identificación de intrusos de otra colonia está mediada por el desconocimiento de sus caras. Por primera vez, los autores examinaron tanto el reconocimiento visual y el olor de las avispas, añadiendo a nuestra comprensión de cómo los animales dan prioridad a diferentes sentidos.