BacillaFilla: La bacteria que repara edificios
La bacteria que puede sustituir al cemento.
Modificada genéticamente, consigue rellenar grietas en los edificios al reproducirse y segregar una especie de «pegamento» tan resistente como el hormigón.
Países de determinada vulnerabilidad sísmica o de otro tipo de desastres naturales, normalmente prevéen anualmente cuánto dinero les deman-dará cubrir los gastos que ocasionan estadísticamente los desastres naturales al año.
Por supuesto, los números no son absolutamente para nada bajos, y por ello las soluciones para abaratar costos, minimizar esfuerzos y conseguir efectividad, son bienvenidas.
En este caso un equipo de investiga-dores de la Universidad de Newcastle son los premiados con el interés de dichos países, pues han desarrollado la BacillaFilla, como la llaman, que vendría a ser algo así como una arquitecta que se ocupa de restaurar las rupturas de concreto en estructuras.
Hablamos de la Bacillus subtilis, una bacteria normalmente presente en el suelo común, la cual ha sido modificada genéticamente por estos investigadores para que adquiera la capacidad de rellenar las aberturas y grietas que se producen en estructuras de concreto dañadas. Para ver cómo opera la BacillaFilla, continúe leyendo.
La bacteria fue alterada para que, una vez colocada en el interior de una grieta de concreto, alcance la profundidad mayor de la misma y comience a producir una mezcla de carbonato de calcio y un pegamento natural que produce únicamente cuando entra en contacto con el PH específico del concreto. Todas las bacterias se encargan de producir esta mezcla, la cual es igual de fuerte que el concreto circundante y permite cohesionar la estructura dañada.
Los científicos han pensado en todo, incluso en lo ridículo que resultaría que la bacteria produzca este falso concreto de forma indefinida. Por lo tanto la han programado para que cuando la grieta se haya llenado al 100%, deje de producir la mezcla,algo que parece fuera de serie.
El objetivo de aplicación de este producto es para reducir costos de reconstrucción de zonas dañadas por desastres naturales, y de verdad que su aplicación parece realmente viable. Veremos si se comienza a adoptar experimentalmente con éxito, para ver si en el futuro la podremos encontrar en el mercado.